La Universidad concibe la vida universitaria como una instancia propicia para desarrollar habilidades de servicio social, emprendimiento y trabajo en equipo, apoyado por un entorno físico que facilita el aprendizaje. En este sentido, las instancias de formación extracurricular cumplen un rol importante en la formación integral del alumno. Por esto, la Universidad promueve la participación libre y voluntaria en actividades de servicio social a los más necesitados, deportivas, científicas, culturales y de emprendimiento necesarias para el cultivo de una vida plena.
La formación integral que el alumno de pregrado adquiere a través de las actividades curriculares queda plasmada en el Currículum de Vida Universitaria. La Universidad certifica oficialmente, a través de una hoja de vida, todas las actividades extracurriculares realizadas por el alumno durante su carrera. Esta certificación es una expresión formal del reconocimiento y valoración de la Universidad por todos los medios formativos de su modelo académico.