La historia comenzó en 2023, cuando Florencia Echeverría y Beatriz Anguita, internas de sexto año de Medicina formaron el proyecto “El Amazonas te necesita”, una iniciativa que las llevó por un mes a atender comunidades rurales en la selva peruana junto a la ayuda de la ONG Huella Verde (@huellaverde_ageb), liderada por Juan Miguel Ibieta y Úrsula Vera.
“Nos encariñamos mucho con la gente y con el lugar. Ahí dijimos: tenemos que volver algún día, pero esta vez para dejar algo que permanezca”, recuerda Florencia.
Dos años más tarde, y luego de meses levantando fondos, esa promesa se concretó. En enero de 2025, Florencia y Beatriz, junto a Alessia Zecchetto, también estudiante de Medicina Uandes y María Ignacia Hurtado, estudiante de arquitectura de la UC, junto a un equipo de 15 voluntarios —entre ellos arquitectos, ingenieros, antropólogos y comunicadores— volvieron al Amazonas para llevar adelante “Construyamos Salud 2025” (@construyamos.salud), un proyecto cuyo objetivo fue levantar la primera posta de salud de la zona, en un territorio donde las comunidades carecen de registro civil, vacunas o atención médica regular.
El trabajo no solo implicó la construcción del recinto —que cuenta con dos box de atención, sala de espera, bodega de insumos, baños y una habitación para voluntarios del área de la salud—, sino también la recolección de fondos y donaciones. Con el apoyo principalmente de particulares, lograron reunir medicamentos, artículos de higiene y suplementos nutricionales, además de fondos para asegurar el sueldo de un médico local por un año, en caso de no contar con voluntarios.

Durante la estadía, el equipo realizó talleres educativos, actividades con niños y jornadas de integración con las comunidades. “Queríamos que la posta fuera sentida como propia, que ellos la hicieran suya. Por eso participaron en la construcción y la inauguración estuvo a cargo del jefe de la tribu”, cuentan Alessia.
Hoy, la posta se encuentra operativa y bajo la administración de la ONG Huella Verde, que ha establecido convenios con médicos peruanos y españoles que realizan pasantías y voluntariados en la zona. “Nuestro objetivo era dejar un espacio que permitiera resolver los problemas de salud a largo plazo, no solo atenderlos por unos días”, explica Beatriz.
Más allá del impacto sanitario, las estudiantes destacan el aprendizaje humano y profesional que significó el proyecto. “Fue muy desafiante salir al mundo real y concretar algo así. Aprendimos que los sueños pueden hacerse realidad si se trabajan en comunidad”, señalan. Y agregan: “Nos fuimos a ayudar, pero terminamos recibiendo mucho más de lo que dimos. Esta experiencia nos cambió para siempre”.
Escrito por: Lucas Bizarri.